Cuando se produce una lesión o un dolor por un sobresfuerzo físico, depende de quién te aconseje te dirá que te apliques frío o calor. Pero, ¿qué es lo más apropiado en cada caso? Nuestros profesionales de Espacio de Salud Fontaneda, te resuelven todas las dudas para que tu terapia de frío o calor cumpla con tus expectativas.
¿Cuándo hay que aplicar frío?
La crioterapia, o terapia con frío, se debe aplicar en situaciones en las que la lesión es muy reciente, que acaba de producirse o aún se encuentra en su fase inflamatoria. En los tres primeros días tras producirse la lesión es el momento idóneo para aplicar hielo.
La mejor forma de aplicar el frío sobre la zona dañada, es introducir varios cubitos de hielo en una toalla, uniendo los extremos y golpeando la toalla para que se machaquen en pequeños pedazos, que no se lleguen a clavar sobre la zona dañada.
Debemos por tanto aplicar el frío de forma indirecta a través de esta toalla, para evitar posibles quemaduras por frío, y se mantiene la adaptación al lugar de la lesión de forma completa.
Con unas tres aplicaciones de frío de diez minutos de duración, conseguirás paliar los dolores y la inflamación de forma muy notable. Eso sí, procura que estas tres aplicaciones estén lo suficientemente separadas entre sí, con un espacio de al menos dos horas entre ellas.
Nuestra clínica Fontaneda cuenta con Sara Fontaneda, Fisioterapeuta colegiada. Ella nos aconseja sobre el tipo de lesión que debe ser tratada con frío, entre las que se encuentran los golpes y las sobrecargas, las roturas de fibras, esguinces y luxaciones, y por supuesto en las fracturas.
¿Cuándo es mejor no aplicar frío?
Una vez pasado el período inicial de tres días de una lesión, es mejor no seguir aplicando frío sobre la zona. Esto podría retrasar el período de reparación del tejido, evitando que pueda completar su proceso de regeneración.
Otro momento en el que no es propicia la crioterapia, es antes de realizar una práctica deportiva. Al dejar anestesiada la zona por el efecto frío, podríamos lesionarnos sin darnos apenas cuenta.
Por último, si sufres de hipersensibilidad al frío esta terapia está completamente desaconsejada. Existen incluso alergias al frío en algunas personas, a las que estos tratamientos les causa reacciones graves en la piel.
Muy importante esto que vamos a decirte, no olvides que nunca se debe aplicar directamente el hielo sobre la piel, utiliza una toalla o tela que se interponga entre el hielo y la piel.
¿Para qué tipo de lesiones me ayuda el calor?
Solamente a partir del tercer día de producirse la lesión, podremos aplicar calor para el caso de contracturas, lesiones por sobreesfuerzo o malas prácticas posturales y rigidez.
Se recomienda aplicar calor, al contrario que ocurre con el tratamiento de frío, justo antes de un entrenamiento, ya que aumenta la flexibilidad y ayuda a evitar las lesiones.
¡Prueba con el contraste!
Algo que se practica con asiduidad por sus efectos beneficiosos, son los baños de contraste. Los baños de contraste entre frío y calor son muy útiles para mejorar la recuperación de fracturas y tras la inmovilización con un vendaje o escayola.
Activa la circulación y la oxigenación de músculos. Nuestro consejo, es que termines el baño en frío si la lesión está aún en caliente (el agua entre unos 10 y 20 grados) y si la lesión está más cronificada, mejor terminar el baño en calor (agua entre 38 y 44 grados).
Si necesitas ayuda con tu lesión, ven a Fontaneda Espacio de Salud y te trataremos de forma personalizada. Somos tu centro de Fisioterapia y Quiromasaje en Torrelavega.